La Comisión Europea retrasa hasta finales de 2026 la aplicación del Reglamento EUDR, que busca frenar la deforestación global limitando la entrada de productos vinculados a la destrucción de bosques.
El papel lo aguanta todo, pero llevarlo a la práctica es otra historia. La Comisión Europea ha decidido posponer un año la entrada en vigor del Reglamento sobre Productos Libres de Deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés), inicialmente prevista para finales de 2025. La nueva fecha de aplicación será a finales de 2026, tras reconocer que el sistema informático y la carga administrativa prevista hacen inviable cumplir con el calendario original sin causar disrupciones en las empresas y las cadenas de suministro.
El EUDR tiene como objetivo impedir que entren en el mercado europeo productos vinculados a la deforestación o la degradación forestal, como la soja —utilizada principalmente para la producción de piensos animales—, el ganado vacuno, el cacao, el café, el aceite de palma, el caucho y la madera.
El retraso responde a la presión de 18 Estados miembro cuyos ministros de Agricultura remitieron una carta a Bruselas solicitando flexibilizar algunas disposiciones del reglamento, aludiendo a su “excesiva complejidad” y al impacto burocrático sobre agricultores y administraciones.
El comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen, reconoció que “aún queda una labor técnica importante” en el desarrollo de la infraestructura digital necesaria para gestionar los datos exigidos por la normativa. “Queremos evitar que la aplicación del reglamento suponga más carga administrativa. Por eso, mi colega Jessika Roswall está en contacto con los co-legisladores para estudiar un posible aplazamiento”, señaló Hansen.
El portavoz de la Comisión, Olof Gill, confirmó la decisión: “Aunque nuestros esfuerzos de simplificación han sido considerables, no podemos cumplir el plazo original sin causar perturbaciones en nuestras empresas y cadenas de suministro. En particular, tenemos serias preocupaciones sobre la capacidad del sistema informático ante la carga prevista”, declaró a Europa Press.
Impacto en sectores estratégicos y clasificación por riesgo
El Reglamento EUDR establece que un producto se considera libre de deforestación si sus materias primas provienen de tierras que no hayan sido deforestadas después del 31 de diciembre de 2020. En este contexto, el sector de los piensos —en el que España lidera la producción europea— será uno de los más afectados, dada su dependencia de la soja y otras materias primas importadas.
La Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (CESFAC) ha recibido con satisfacción el aplazamiento, siempre que sirva para dotar a las empresas de las herramientas adecuadas para cumplir la normativa. Además, propone que la Comisión Europea aproveche este tiempo para crear una cuarta categoría de riesgo, “riesgo cero de deforestación”, que se añadiría a las tres ya existentes (alto, medio y bajo riesgo).
Desde la organización aseguran que “fuentes fidedignas de Bruselas” les han confirmado que la Comisión busca negociar directamente con los representantes nacionales en el Consejo, evitando así reabrir el debate parlamentario sobre el EUDR, que podría poner en riesgo el consenso alcanzado en 2023.
Nuevas variables geopolíticas
El contexto internacional también ha cambiado desde la aprobación inicial del reglamento. La Unión Europea ha ratificado recientemente el acuerdo comercial con Mercosur, donde Brasil es un actor clave en la producción de soja y carne, y ha cerrado las negociaciones con Indonesia, el principal exportador mundial de aceite de palma. Estos movimientos añaden presión política y económica a la aplicación del EUDR, que ahora deberá equilibrar la ambición medioambiental con los intereses comerciales del bloque.
Con este nuevo aplazamiento, Bruselas gana tiempo para perfeccionar la infraestructura técnica y reducir la carga burocrática, pero también corre el riesgo de diluir uno de sus instrumentos más ambiciosos en la lucha global contra la deforestación.